Nueve de nueve. Hoy no me voy a ir por los Cerros de Úbeda, porque una victoria en Pucela haría ponerse al Sevilla con la sexta marcha de una manera definitiva. Soy capaz de decir que el partido contra el Valladolid es el más importante del año. Aunque ya sé que también lo era contra el CSKA de Moscú, pero de lo que no se puede vivir es del pasado. Y menos siendo un nuevo inquilino el que reside en el banquillo de Nervión.Por eso, y quitando la final de la Copa del Rey -que todavía queda muy lejos-, el enfrentamiento en el estadio de la Pulmonía es el más importante del año. Y también es el más relevante en la carrera de Antonio Álvarez. Y es que una victoria en tierras castellanas sería un punto de inflexión en la temporada.
Y si conseguimos un triunfo una cosa queda clara tras esta jornada. O que la tercera plaza es posible o que uno de nuestros perseguidores queda apeado de esa lucha. O incluso las dos cosas. Me explico. Atletic de Bilbao -sexto en la tabla a tres puntos nuestros- recibe al Valencia -estamos a 5 puntos de los chés-. O sea, si gana el Valencia y nosotros ganamos la cuarta plaza sólo tendría dos posibles dueños -nosotros y el Mallorca-. Grata noticia. Pero es que si ganan los leones habría hasta cuatro equipos luchando ya no por la cuarta plaza, también por la tercera. Es decir, estaríamos a tan sólo dos puntitos del Valencia. Grata noticia. Pero lo que no os imagináis es que un empate nos eliminaría a un rival por el último puesto Champions y nos metería de lleno en la lucha por ser los terceros de España. Grata, buena, excelente noticia. Fijaros si es importante la victoria de hoy. Ahora que me diga alguien que este partido para el Sevilla no es el partido del año.
Además, que por potencial, racha de resultados, superioridad... hay que ganar al Valladolid. Ni efecto Clemente, ni frío ni nada de nada. Sólo vale ganar. Que meta Cala, Lolo, Luis Fabiano o Clemente en propia puerta, pero hay que vencer sea como sea. Así que el objetivo es nueve de nueve.
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