Llegó el día...

Mañana cuando salga el sol sabremos que no será un día cualquiera. Mañana es el día en el que nos levantamos de golpe de la cama para ir con alegría e ilusión a trabajar, estudiar... mañana es el día en el cual nos da igual que llueve o truene, porque mañana sólo desearemos una cosa... una hora y un lugar: Las nueve menos cuarto de la noche y el Ramón Sánchez Pizjuán.

El Sevilla por fin se enfrentará a su mayor techo europeo. Esta vez la página del libro está en blanco, porque si ganamos se escribirá una nueva noche de gloria nervionense. El rival, el CSKA de Moscú, y ya demostró que no es ninguna perita en dulce. El resultado, favorable. Favorable aparentemente, porque no me quiero fiar.

Y es que todas las apuestas, medios de comunicación, sensaciones dan como favorito al Sevilla, pero yo no me quiero fiar. Y es que los hombres de Manolo Jiménez han vuelto a empatar en casa, han vuelto a complicarse la vida en la Liga. Nuestros tres delanteros llevan un mes, sí un mes, sin anotar un sólo tanto en la competición doméstico. El último que lo hizo fue Luis Fabiano hace 4 jornadas frente al Osasuna. Lo bueno de esta jornada es que queda una menos y... el Valencia ya está a un puntito menos. Pero la Liga te permite fallar alguna que otra vez... lo de mañana es diferente.

Y es que me da igual las críticas del juego del equipo, las críticas al entrenador, los pitos a Negredo... porque esto no es la Liga. Por eso quiero ver la versión A del Sevilla, la del 0-3 en Riazor, la de Eindhoven, Glasgow, el Bernabéu... la de las grandes noches, porque mañana tiene que ser de Champions.

Llegó el día en el que vosotros os tenéis que levantar, dejar que desaparezca el Sol y se ponga la Luna sobre el cielo de Nervión. Llegó el día en el que la afición no es el jugador número doce, sino que es el entrenador, el presidente, el delantero, el defensa y el portero. Mañana el Sevilla somos todos...desde el Pizjuán, Dos Hermanas, Barcelona, Francia o Camerún...

Mañana es el día en el que el Sevilla pasará a los cuartos de final de la Champions. Por eso pido que ruja el Pizjuán como esas grandes noches.