domingo, 17 de enero de 2010

Un luchador convertido en leyenda

"El golf es el juego más parecido a otro juego que llamamos vida. A veces consigues malos resultados de buenos golpes y otras veces recoges buenos resultados de malos golpes, pero siempre debes jugar desde donde esté la bola". Así era la filosofía de Bobby Jones. Este golfista pasó a la historia, no sólo por los torneos que conquistó –el Grand Slam en un mismo año (1930)-, sino porque el golf era su pasión y no una forma de vivir. Nunca fue profesional y jamás recibió una sola clase. Su vida no fue fácil -padeció dos enfermedades que la caracterizaron-.

Jones tenía un don para el golf. Su infancia fue complicada. La enfermedad que padeció -hasta los 5 años- lo acercó a la muerte por un virus que le impedía comer alimentos sólidos. Tras superarla, sus padres deciden veranear en East Lake Country Club. Bobby comienza a conocer el golf. Hasta 1923 no ganó nada importante e, incluso, planteó retirarse, pero llegó el US Open.

En ese momento se empezó a ver al verdadero Bobby Jones. Con 25 años había ganado 13 torneos de primer nivel. Su peculiar swing, carente de técnica, era letal. Sí, era un swing defectuoso pero muy efectivo. Su balanceo golpeando la pelota y su acompañamiento del golpe se hicieron inigualables.

Surge la leyenda

Su gran año fue en 1930. Jones fue el primero en ganar el Grand Slam. Esta hazaña es más relevante por la época en la que lo ganó. Pocos golfistas estadounidenses disputaban los torneos europeos por los altos costes. Este logro significó el triunfo de una nación entera, que aún padecía la depresión del 29. Bobby venció en los dos grandes de Europa, pero quedaban el US Open y el US Amateur. Nadie pensaba que Jones lograría el Gran Slam. La altísima expectación montada en torno al golfista, durante el US Open, provocó altibajos en su juego. Al final venció a Smith en el último hoyo.



Todos esperaban ansiosos su última conquista, el US Amateur. Ante 20.000 fans se convirtió en el primer golfista en conseguir los cuatro grandes este deporte en un mismo año. New York Times calificó esta hazaña como “el viaje más triunfar que ningún hombre había hecho en el deporte”. Los años pasaban y nadie conseguía la marca de Bobby. Ni Nicklaus, ni Tiger Woods que, estuvo cerca de lograrlo cuando ganó los cuatro grandes entre los años 2000 y 2001, han alcanzado esta hazaña.

Tras este hito, cuatro US Open, cinco US Amateur, tres Open Británico, y un Amateur Británico decide retirarse. Se aisló de este mundo en 1930, su gran año, ¿por qué decidió abandonar?
Jones era tan perfeccionista con su juego que decidió retirarse en lo más alto. Su grado de perfección era tal, que se exigía tanto que adelgazaba cinco kilos por torneo. Otro de sus rasgos más identificativos era su mal genio. Por lo que verle romper maderas sobre el green era bastante común. Esta autoexigencia le convirtió en el mejor.

Un sueño hecho realidad

Tras su retirada, le quedaba llevar a cabo el proyecto de su vida. Jones había dejado una herencia tan alta que se cambió por completo el paradigma del golf. Bobby decidió fomentar un nuevo concepto del Grand Slam. Jones ideó, con Mackenzie, el Augusta National Golf, el campo donde se celebra actualmente el torneo más prestigioso.

Este sueño fue complicado convertirlo en realidad. Bobby no encontró un terreno donde construir el campo debido a la crisis. También, la petición inicial de Jones de organizar el US Open en Augusta fue declinada, debido a las altas temperaturas que existían en dicha localidad en verano.

La capacidad de lucha de Jones quedó demostrada cuando recurrió al banquero Roberts. Los cimientos económicos ya estaban consolidados. El Augusta National albergaría su propio torneo. Sólo quedaba darle la publicidad adecuada. Se bautizó como el campeonato de Maestros, incluso, Roberts convenció al ex golfista para que volviera a pisar el green en su torneo. La presencia de Jones como jugador hizo que los aficionados colapsaran las instalaciones cada año. Tras cumplir su sueño, Bobby padece una enfermedad que afecta al sistema nervioso y que le hace fallecer en 1971. En ese momento nació la leyenda.

El susurro de su nombre hace recordar que su vida fue algo más que una exitosa pero efímera carrera deportiva. Su swing se empequeñecía cuando mostraba su humildad, su mal genio sobre el green enmudecía al surgir su bondad. Bobby no sólo fue un buen golfista, fue un apasionado de su familia y profesión, fue un arquitecto de los campos de golf… Jones fue sencillamente un genio.

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